lunes, 30 de enero de 2012

Hemos contemplado el atardecer ,



desde la ventana de su habitación. Me he aprendido de memoria cada centímetro de su maravillosa espalda y me bastaría cerrar los ojos para verlo frente a mí & copiarlo en una hoja de papel hasta en los más mínimos detalles: sus manos, sus dedos, su boca, su nariz, sus ojos, tan guapo como sólo yo consigo verlo, yo, que conozco su respiración, que lo he sentido quedarse dormido entre mis brazos y despertarse al cabo de un rato con una sonrisa en los labios. & mirarlo como al más dulce de los niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario